Winterbeast, de Christopher Thies

Sin duda, esta es la reseña más compleja de empezar a escribir. Cuando hablamos de Winterbeast, nos adentramos en un mundo donde predominan las imágenes bizarras y una trama regida por secuencias tan extrañas como memorables. Para bien o para mal, no hay otro film como este o, al menos, que me haya impactado de una manera similar. Por supuesto, podemos mencionar las producciones de la Troma, si queremos hacer referencia a films que cruzan la barrera de la lógica. Pero aquello es hecho de una manera adrede. Aquí, los elementos que la caracterizan no parecen tener esa intención. En verdad, no sabemos muy bien qué es lo que intentaron comunicar, ya que los setenta minutos que dura la película cada vez se van tornando más chocantes y escapan a toda explicación razonable. Como ya les dije, esta reseña es difícil de hacer. Intentaré organizar la información, sin develar algunos puntos de los que me gustaría que ustedes puedan experimentar por sí mismos.

La historia nos sitúa en una zona montañosa donde una maldición india hará despertar a distintas criaturas con ansia de vengarse de todos los que osan ir a su territorio. Un grupo de guardabosques intentará resolver el misterio mientras se enfrentan a las aberraciones que van presentándose de manera imprevista. Hay apariciones demoníacas, criaturas de goma, un tótem que acosa a una protagonista, solo por mencionar algunos ejemplos. Otro de los recursos que utiliza el director es separar las escenas por medio de imágenes donde se muestra un anochecer o un amanecer y el ruido de unos grillos que se repite durante todo el metraje. La trama es difícil de seguir, ya que no hay una armonía en los planos. Hasta destruyen el racord tantas veces que ya se vuelve algo normal. Lo mismo sucede con los diálogos: es imposible que alguien hable de aquella manera; todo está tan fuera de lugar que solo nos provoca risa. Algunas de las muertes están realizadas en stop motion. Incluso, los protagonistas se convierten en muñecos de plastilina y son ejecutados por algún monstruo: todo un ejemplo grotesco de excentricismo. No intenten encontrar sentido a lo que sucede, porque no lo van a hallar.

Winterbeast es una de esas rarezas que se disfrutan o se odian. Aquí no hay punto medio. Si gustan de un Cine Z, estoy seguro de que la podrán apreciar. De otra manera, si buscan una historia compleja, con personajes bien definidos y con un Plot Twist que no veían venir, este no es el camino.