X, de Ti West

A comienzos de este año, hubo diversas noticias sobre la nueva película de Ti West. Progresivamente, varios entusiastas juraban que este iba a ser el film de horror del año. Yo soy bastante escéptico. De hecho, nunca leo las críticas, ya que me gusta sacar mis propias conclusiones (aunque nadie más las comparta). Pero, dado que soy un consumidor del género en todas sus variantes, era obvio que iba a verla. Y el día llegó.

X nos traslada al final de la década de los setenta cuando un grupo de cineastas con grandes sueños se dirigen a una casa (en una zona rural de Texas) a filmar una película pornográfica. Al llegar allí, las cosas comienzan a irse de las manos, ya que el dueño de la casa es un solitario anciano para nada amigable que vive con su esposa (una mujer hundida en la tristeza por el paso de los años). Cuando se entera de lo que planean hacer, la furia se desata.

Si bien X tiene una historia sencilla que evoca al cine slasher de los años setenta, hay muchos puntos más que rescatar. En primer lugar, la cinemática está desarrollada de una manera que nos permite tener una tensión increíble en algunas escenas (por ejemplo, una en un lago y otra en una cama). En otras, el drama y la tristeza se hacen notar de tal forma que se siente una empatía profunda. En segundo lugar, los personajes y sus intenciones están bien definidos desde el comienzo, aunque uno de estos cambia en un momento y trae consecuencias devastadoras. Hay un debate moral entre el sexo y el amor, y entre las buenas costumbres y cómo el demonio corrompe las mentes de los jóvenes (los portadores de la ética suelen ser los verdaderos monstruos).

La sangre tarda en llegar, ya que estamos ante un Slow Burn y, aunque tiene momentos muy sangrientos y las muertes difieren una de otras, en este caso me gusta rescatar más la historia detrás de los ancianos, de ese deseo perdido que habita en ellos, de la resignación a la vejez y de la venganza contra los que aún portan la llama de la juventud.

X es un film que, sin inventar nada, sabe cómo generar interés en la historia, a veces dramática, a veces cómica, y casi siempre aterradora. Nos lleva por este viaje en un territorio rural donde nada puede atentar contra la decencia.

Cuidado con a quiénes le alquilan una casa… y con lo que hagan en esta.